¿Puede una píldora al día librarle de visitas médicas?
Tomar vitaminas y minerales puede formar parte de su rutina matinal diaria, y hay muchos complementos alimenticios en el mercado. Pero, ¿para qué sirven y quién debe tomarlas?
Los complementos alimenticios o dietéticos contienen ingredientes tales como vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y extractos de hierbas, que se toman en forma de comprimidos, cápsulas, polvos y líquidos. Pueden comprarse sin receta en farmacias, supermercados, tiendas especializadas y a través de Internet. Algunos complementos alimenticios comunes incluyen vitamina D, equinácea, aceite de pescado y calcio.
Los productos de origen vegetal y los preparados derivados elaborados a partir de plantas, algas, hongos o líquenes se han comercializado de forma generalizada en el mercado de la UE en forma de complementos alimenticios. Por ejemplo, el ginseng, el ginkgo, el ajo y la hierba de San Juan.
Entonces, ¿por qué tomamos complementos alimenticios? Algunos suplementos añaden nutrientes y vitaminas cuyo consumo en la dieta media puede ser insuficiente. Otros pueden contribuir a reducir el factor de riesgo de una enfermedad. Se pueden utilizar para mantener la salud general, apoyar el rendimiento mental y deportivo, o proporcionar apoyo al sistema inmunológico. Pero los complementos alimenticios no son medicamentos y su uso no está destinado a tratar o prevenir enfermedades. En la UE, los complementos alimenticios están regulados como alimentos.
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Los suplementos se encuentran disponibles en una gama de dosis diversas y en diferentes combinaciones. Y determinados grupos de población que corren un mayor riesgo de sufrir deficiencia de determinados nutrientes pueden beneficiarse de complementos alimenticios, como las mujeres embarazadas o que pueden quedarse embarazadas, los lactantes, las personas con una exposición insuficiente al sol o los veganos, por ejemplo.
Los suplementos alimenticios no deben considerarse un sustituto de una dieta equilibrada y saludable. De hecho, la mayoría de las personas no necesitan complementos alimenticios, ya que sus dietas les proporcionan todos los nutrientes que necesitan, excepto en el caso de la vitamina D si su exposición al sol es limitada. Solo es necesaria una cierta cantidad de cada nutriente para que nuestros cuerpos funcionen, y elevar la cantidad no equivale necesariamente a una mayor eficacia. De hecho, en dosis elevadas, algunas sustancias pueden tener efectos adversos e incluso convertirse en nocivas.
FUENTE: EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria)