La Responsabilidad Social Empresarial entiende que las empresas tienen obligaciones que van más allá de la generación de beneficios económicos y deben apostar por la integración voluntaria en su gestión de estrategias, políticas y procedimientos de respecto al medio ambiente, a las preocupaciones sociales y a los derechos humanos, responsabilizándose así de las consecuencias que sus acciones tienen sobre la sociedad.
Las entidades que forman parte de la Economía Social, entre las que se incluyen las cooperativas, son agentes económicos y sociales presentes en todos los sectores que se caracterizan por su finalidad y su diferente manera de hacer empresa.
La empresa de Economía Social es una forma de emprender que integra los siguientes valores y principios:
- Primacia de las personas y el objeto social sobre el capital
- Adhesión voluntaria y abierta
- Organización y cultura empresarial con vocación de gestión participativa y democrática
- Conjunción de los intereses de los miembros usuarios y del interés general
- Defensa y aplicación de los principios de solidaridad
- Autonomía de gestión e independencia respecto de los poderes públicos
- Aplicación de los excedentes, o gran parte de ellos, a la consecución de los objetivos en favor del interés general
Por todo ello las organizaciones de Economía Social son, de alguna manera, precursoras de la RSE, buscando una democratización de las empresas hacia adentro que es la mejor manera de hacer de ellas verdaderas empresas «de ciudadanos» hacia afuera, hacia la sociedad.