El pasado 24 de septiembre, HISPACOOP celebró la sesión virtual titulada «Hacia la reducción del desperdicio alimentario» con el objetivo de avanzar en el cumplimiento de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial a nivel de consumidores antes de 2030. Esta iniciativa se desarrolló en el contexto de la VII Semana contra el Desperdicio Alimentario, organizada por AECOC bajo el lema “La alimentación no tiene desperdicio” y coincidió con el Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, celebrado el 29 de septiembre.
La sesión, moderada por Carmen Redondo de HISPACOOP, puso en relieve que el desperdicio alimentario es una responsabilidad compartida, donde es fundamental concienciar a las personas consumidoras sobre la importancia de una alimentación saludable y sostenible, así como la necesidad de reducir el desperdicio tanto dentro como fuera del hogar. Datos de la FAO revelan que los hogares son los principales generadores de desperdicio alimentario, con más de 1.000 millones de raciones de comida desperdiciadas al día. En contraste, 783 millones de personas en el mundo sufren hambre. En España, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reportó que los hogares desperdiciaron más de 1.170 millones de kilos o litros de alimentos en 2022, aunque la cifra supone una reducción respecto a años anteriores.
En el evento, diversas organizaciones y expertos compartieron iniciativas y soluciones para reducir el desperdicio alimentario y minimizar su impacto social, económico y ambiental.
Núria Riba, de la cooperativa CONSUM S.Coop.V, presentó las distintas acciones de sensibilización y concienciación a las personas consumidoras (con diversos colectivos de personas consumidoras en etapa escolar y sus familias) para promover una mejora de la alimentación saludable y sostenible. Destacó la web de Team Consum y el Concurso escolar que se lanzará el 16 de noviembre hasta el febrero-marzo de 2025, momento en el que se realizará la entrega de premios coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Consumidor en 2025. En esta ocasión se fomenta la alimentación saludable y sostenible, que implica a su vez, reducir el desperdicio de alimentos. Más información en la web de Team Consum
También expuso los valores del modelo cooperativo que promueve CONSUM, además de una alimentación sana, equilibrada y sostenible, presentando las acciones y sesiones de formación que van a realizar con los socios consumidores, mediante talleres prácticos y de trabajo en equipo, para poner en valor los alimentos y la importancia de reducir el desperdicio alimentario.
Isabel Sierra y Judith Gañán, de la Universidad Rey Juan Carlos, expusieron sus proyectos de aprendizaje-servicio (ApS), premiados por su innovación, que promueven una alimentación saludable y la correcta gestión de los recursos alimentarios, con especial atención a comunidades vulnerables. Con uno de los talleres de los proyectos fueron premiadas con el 1º Premio a Profesores Innovadores por el proyecto “Alimentarse no tiene desperdicio” en 2020. La motivación principal de los proyectos de aprendizaje-servicio fue la creciente preocupación por el desperdicio de alimentos, que coexiste con la inseguridad alimentaria en los hogares, y unido al aumento de enfermedades no trasmisibles derivadas por una alimentación no adecuada, les hizo que vieran la oportunidad de implementar este objetivo en un proyecto ApS, implicando a estudiantes como a las comunidades en la gestión de recursos alimentarios. A lo largo de los diferentes proyectos fueron implementando talleres teórico-prácticos en los que se mostraba cómo organizar mejor la compra de alimentos, cómo interpretar adecuadamente etiquetas de los alimentos y consejos para almacenar adecuadamente los alimentos. También se crearon materiales visuales y didácticos que las familias podían llevar a casa. Además de una página web y diferentes cuentas en redes sociales. Además, han implantado medidas para fomentar una alimentación saludable y sostenible, y especialmente para abordar el problema del desperdicio alimentario, con el curso 2019-2020 a través del desarrollo de proyectos de aprendizaje-servicio con estudiantes del grado en ciencia y tecnología de los alimentos, con una metodología docente donde los estudiantes aprenden al mismo tiempo que dan un servicio a la sociedad para resolver un problema real como el de la alimentación saludable, segura y sostenible.
Ambas nos explicaron cómo estos proyectos ApS dan respuesta a un problema social al estar dirigidos a los colectivos más vulnerables, donde por falta de información del problema de desperdicio alimentario y la alimentación poco saludable se ven afectados. Con ellos, logran involucrar a la comunidad en estos proyectos y ofrecen una respuesta a los hogares vulnerables a través del establecimiento de convenios con entidades sociales, como el de Ayuntamiento de Fuenlabrada, con quienes trabajan en la impartición de talleres dirigidos a usuarios de sus centros sociales; o con el Ayuntamiento de Madrid, a través del proyecto Food Wave, entre otros. La respuesta recibida ha sido muy positiva, donde los beneficiarios sienten escuchados y reciben con buena acogida las herramientas y consejos ofrecidos para aprovechar mejor sus alimentos y mejorar su alimentación.
Destacaron que uno de los principales desafíos fue la desconfianza inicial en algunas personas, por el hecho que quienes impartían los talleres eran los propios estudiantes. Pero una vez superada esa primera brecha, tanto estudiantes como beneficiarios quedaron muy satisfecho por el servicio prestado. Un aprendizaje mutuo, que por una parte los estudiantes se tienen que enfrentar a la realidad y ser capaces de adaptar el contenido de los talleres al público, y especialmente en los talleres dirigidos a jóvenes en riesgo de exclusión social.
Conoce más sobre los proyectos de Aprendizaje-Servicio pinchando en la imagen
Pauline Bonnier, del supermercado cooperativo LA OSA, explicó las medidas de gestión interna que aplican para reducir el desperdicio y su esfuerzo en concienciar a las personas consumidoras sobre la importancia de una alimentación saludable y sostenible. La cooperativa LA OSA aborda el problema del desperdicio alimentario a través de actuaciones de control de los alimentos disponibles para evitar su mermas y desperdicio, la promoción de los productos próximos a vencer en sus fechas de consumo; la importancia de la alimentación sostenible y saludable fomentando los productos frescos, ecológicos, de temporada, etc.
Expuso diversas actuaciones de concienciación a las personas consumidoras para gestionar correctamente los alimentos, reducir su desperdicio, y poner en valor a los alimentos, promoviendo un sistema alimentario más sostenible y justo para todos y todas, en el que las familias con rentas bajas puedan acceder a una alimentación de calidad y más asequible.
Carlota López, de la Fundación Vida Sostenible, explicó cómo podemos minimizar los impactos económicos, sociales y ambientales del desperdicio alimentario, y especialmente el papel que tenemos como personas consumidoras a través de nuestros hábitos de compra y consumo de alimentos para avanzar hacia la sostenibilidad. Nos ofreció una serie de consejos prácticos para poner en nuestro día a día para gestionar mejor los alimentos y reducir su desperdicio.
Asimismo, presentó La Cocina de los Nietos, una iniciativa intergeneracional que conecta a mayores y jóvenes universitarios para transmitir recetas tradicionales y hábitos que fomenten una alimentación económica y sostenible. Se trata de recuperar la cocina tradicional de nuestros mayores, una cultura y tradición que hemos tenido presente. El proyecto ofrece consejos útiles, recetas saludables, ricas, fáciles de cocinar y económicas, para cuidar nuestra alimentación, reducir el desperdicio y con ello, proteger el medio ambiente. Conoce más sobre este proyecto aquí
El evento concluyó con una llamada a seguir trabajando en la educación y formación de la ciudadanía para lograr reducir el desperdicio de alimentos y fomentar un sistema alimentario más justo y sostenible.